¿Cuando se acabará la caza de calderones en las islas Feroe?

Pilot whale hunt dates back to the beginning of the Norse settlement of the Faroes c. 1200 years ago. Screenshot from the book “Pilot Whaling in the Faroe Islands” by Jóan Pauli Joensen.

Pilot whale hunt dates back to the beginning of the Norse settlement of the Faroes c. 1200 years ago. Screenshot from the book “Pilot Whaling in the Faroe Islands” by Jóan Pauli Joensen.

La caza de calderones empezó hace unos 1200 años con la implantación Escandinavia en las islas Feroe. Captura de pantalla de “Pilot Whaling in the Faroe Islands” de Jóan Pauli Joensen.

La caza de calderones (o ballena piloto) en las islas Feroe no tardará en acabarse. En eso, los feroeses están más bien de acuerdo, hasta muchos de los cazadores. Pero hasta que ocurra, los defensores de las ballenas deberán tener paciencia.

“No me molestará cuando se acabe”. Las manos relajadas en el volante, David* está de camino de vuelta del aeropuerto de Vagar, hacia Tórshavn, la capital de las islas Feroe. Es un viaje por paisajes espectaculares de fiordos esculpidos. El chofer del taxi de 25 años nos habla del grindadráp, la caza tradicional feroesa del calderón.

Admite que sí, ya ha matado calderones.

Si a caso hay una caza por aquí y no tengo carne de ballena en el congelador, iré.

La actitud de David es representativa de la de muchos feroeses. Han sido hechas encuestas estos últimos años que muestran que la población de las islas Feroe apoya en gran parte esta caza de calderones, sin embargo muy criticada internacionalmente.

Siempre observo esta actitud oportunista durante mis estancias en las islas atlánticas del paralelo norte 62°. La caza del calderón es un espectáculo sanguinario y excitante que ocasiona una distracción a muchos habitantes, en un lugar que quizás sea el más remoto de Europa, dándoles grandes cantidades de carne de ballena gratis y que llama la atención internacional.

Una descarga de adrenalina relacionada con el instinto de caza de esos hombres de una minúscula nación insular unida que sobrevivieron siglos gracias a los peces, las ovejas, los pájaros y la carne de ballena.

Stunning beauty. The Faroes are perfect for ecotourism, with breathtaking landscapes and – yes – a potential to see whales and dolphins at sea, among birds and other marine wildlife. Photo: Jochen Zaeschmar

Una belleza impresionante. Las islas Feroe son perfectas para el ecoturismo, con sus magníficos paisajes y evidentemente, son una oportunidad para ver ballenas y delfines en el mar, en el medio de los pájaros y demás animales marinos. Fuente: Jochen Zaeschmar

“Se acabará de por sí”

“El grindadráp se acabará de por sí” añade David después de un tiempo, mientras va pasando por un largo túnel de peajes con vídeo vigilancia. “En 10 o 15 años. Es por eso que los activistas que quieren decirnos lo que debemos hacer no sirven para nada. Al contrario.” Así es como muchos feroeses ven el tema.

La carretera va de la isla de Vagar a la isla principal de Streymoy por un túnel espectacular por debajo de una extensión de agua que mide mas de un kilometro de ancho. David se ríe:

¿La caza de las ballenas, para los jóvenes? No les interesa mucho. Como tengan un buen juego en el ordenador, no les haces salir de casa.

La innovación, los empresarios y las últimas tecnologías le dieron a esta república insular semiautónoma bajo administración danesa, un nivel de vida muy alto. El grindadráp puede asemejarse a un anacronismo extraño, si no tenemos en cuenta la historia de las islas Feroe.

Pero la caza de las ballenas ya no tiene mucho de “tradicional”. Hasta hace menos de 100 años, los hombres con barcos de remo conducían los mamíferos marinos hasta las bahías donde se hacían las matanzas, con la única fuerza muscular. Hoy en día, la caza de las ballenas está organizada por una flota de yates, barcos rápidos y modernos, equipados con motores muy potentes y sonares, además de motos de agua.

An armada of high-powered motor yachts and boats chasing pilot whales. Source: Vágaportalurin

Una flota de yates y de barcos muy potentes cazando calderones. Fuente: Vágaportalurin

Mercurio en la carne

En Tórshavn, el ambiente es tranquilo y relajado, como siempre, aunque el tiempo obligue a ponerse un jersey de lana o un chubasquero para tomarse un café a fuera.

Kristina, una camarera de un bar del puerto, nos contesta francamente cuando le preguntamos lo que opina de la caza de calderones, y por ende, la presencia en el archipiélago de activistas de la organización Sea Shepherd. Este año, se quedarán por decenas en las islas Feroe durante el verano, y han traído cantidades impresionantes de barcos y coches.

Kristina se siente bastante molesta por la ropa agresiva que llevan y la actitud acusadora que tienen, pero respeta su estancia en las islas y su posición, aunque no esté de acuerdo con ellos. “Para mi, el grindadráp no es más que otra forma de pesca”, dice la joven de 28 años. “He crecido con esta tradición y no conozco otra.”

Hoy en día, a Kristina le sigue gustando la carne de ballena pero la come con mucho recelo. La consume raras veces, y casi siempre se arrepiente.

Sé que la carne y la grasa de calderón contiene altas cantidades de mercurio y demás contaminantes. Las mujeres prestan más atención a las recomendaciones oficiales y reducen su consumo antes y mientras el embarazo, así como durante la lactancia.

Amenazas múltiples

Nunca se había imaginado las consecuencias que podía tener la toxicidad del mercurio, resultado de la contaminación marina, en los calderones.

Se ha observado en las orcas, los más cercanos parientes de los calderones, que las madres transmiten grandes cantidades de contaminantes a sus pequeños a través de su leche y a menudo fallece la primera cría.

A demás de esta trágica consecuencia de la contaminación debida al hombre, existen muchas más amenazas para las ballenas: la sobrepesca, el enredo y ahogamiento en las redes, las capturas accidentales (aproximadamente 300000 ballenas por año) la contaminación sonora submarina, el cambio climático, la acidificación de los océanos, el desarrollo de las construcciones costeras y demás.

Por lo tanto, no es menester acosar a las ballenas de las cuales sabemos tan poca cosa, con la caza. Kristina entiende ahora y admite que “quizás sea entonces tiempo de decir adiós al Grindadráp.”

Mortality rate is missing. This chart gives the misleading impression that the pilot whale population grows by approx 3,000 each year. Source: Grind Facts

La tasa de mortalidad no aparece. Este cuadro da la ilusión de que la población de calderones aumenta de aproximadamente 3000 individuos por año. Fuente: Grind Facts

Baja la demanda

Los que son a favor de la caza de los calderones ven las cosas de distinta manera. En junio del 2014, “Faroese Pilot Whalers Association” (la asociación feroesa para la caza de los calderones) lanzó una nuevo paginá web que aporta informaciones refiriéndose al Grindadráp. Sin embargo, si no prestamos atención, estas informaciones pueden resultar engañosas porque son incompletas.

Por ejemplo, la paginá web indica que la población de calderones está estimada en unos 128000 individuos en el atlántico norte, alrededor de las islas Feroe y de Islandia. Se considera que hay unos 3840 nacimientos por año, mientras que los cazadores de las islas Feroe matan un promedio de 800 individuos por año.

Estas cifras dan la impresión de que la población de calderones está en aumento de más de 3000 individuos al año, mientras que por otra parte, la tasa de mortalidad, bien sea natural o debida al hombre como dicho precedentemente, no es mencionada. Faltan esos dos datos. Por lo cual, estas cifras, a favor de los cazadores, son sin valor.

Ole, un hombre de unos 55 años que consume carne de calderón y también aprecia la carne de rorcual común o de beluga de Groenlandia, hizo un comentario increíble: piensa que el grindadráp puede durar todavía unos 10 o 15 años.

También piensa que la caza por acorralamiento podría desaparecer de repente.

Si algún día, después de una cacería, se deja podrir una decena de calderones porque nadie quiere la carne, entonces, los feroeses podrían relegar al olvido la caza de los calderones.

Rúni Nielsen, un feroés opuesto comedido al grindadráp recuerda a ese propósito que el año pasado, había pasado algo parecido en las islas Feroe cuando se habían matado demasiados delfines (en todo, 1534) y no se había encontrado quien quisiera la carne, “aunque se anunciara por la radio que quien quisiera podía venir a recogerla.”

Para él, esto significa

claramente que la demanda de carne de ballena está bajando y que pronto , la caza de calderones se acabara.

El tiempo nos lo dirá.

(Con Hans Peter Roth)

*Nombre cambiado

Traducción, Maria José Alonso

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